Eso que llaman Biografías..
A propósito de un libro biográfico, escrito por el periodista Emiliano Aguayo sobre la vida del otrora rockero chileno Jorge González, titulado “Maldito Sudaca” (anteriormente se escribieron otros dos: “Exijo ser un Héroe” y “Corazones Rojos”); la verdad es que me encantaría que alguien escribiera un libro sobre mi vida. En primer lugar material no le faltaría, pues sin dármelas de un tipo muy vivío y recorrío, se que el libro en un 50% tendría historias mías originales; un 25% de las restantes serían inventadas por mi fabulosa mentalidad de “cuentista” que a veces aflora (sobre todo ante los aprietos de cualquier índole); mientras que un 20% de las que quedan, las tomaría “prestadas” del completo historial de anecdotillas que algunos de mis ilustres amigos hasta la fecha siguen acumulando, historias dignas de un cuento de Fuguet (Combito: ¡¡no te mueras nunca!!). Mientras que el 5% restante, lo dejaría al libre discernimiento del distinguido o distinguida lector o lectora; pues siempre es bueno dejar algo para la imaginación y pasarse algún rollo con lo que se lee. Por lo demás, sin el ánimo discriminar al adulto mayor ni a los destacagados, perdón, quise decir destacados intelectualoides de mi región, el libro tendría un corte juvenil. Sería de esos libros que leerían adolescentes, gente que tenga menos de treinta y/o treitones que renuncien a su generación (renunciando a su vez a madurar), como seguramente lo seré yo en un año y dos mese más.
Con lo divertidas que serán las anécdotas, no sería tan difícil poder captar al público adolescente, si señores, ese mismo segmento juvenil que con cuéa lee los titulares a la rápida en los kioscos verdes de lata. Estoy seguro que las colegialas reemplazarían revistas como “TV y Tonteras” por mi libro, pues decidido está que más de 80 páginas no tendría. Ahh… además contaría con fotografías inéditas de mis excesivos carretes con amigos (bueno, muchos de ellos hoy son profesionales y están casados, pero eso no es culpa mía jeje), porque es una lata ojear un libro y ver puras letras y ningún “monito”. La carátula se la encargaría al KCLY, bueno, porque aparte de ser uno de los pocos amigos creativos que tengo, es uno de los pocos huevones que se apasiona haciendo favores (espero que esta humilde opinión no altere su buena fé). Como me considero una persona con buena redacción, no necesitaría un redactor; aunque sí aceptaría los consejos de mi buen amigo y periodista “El Chespa”, pues si bien es cierto trabaja en un medio serio, se que de repente se apesta y esto lo relajaría un poco, dejando a la luz su innata capacidad de ser bueno pa’l wuebeo.
El lanzamiento de mi aclamado libro lo hubiese hecho en el “Club Croata”, pero como se quemó y con suerte se salvó la centenaria palmera del patio central, lo haría en la “Sociedad de Artesanos”, pues a parte de estar en el centro, ser barato y espacioso,tiene dos ambientes: En la entrada haría una recepción con algo para picar (canapés hechos con pan de molde y pasta de huevo) y obviamente algo para beber (un pisco sour bien barato con algo de agua pa’ que cunda); además pondría música electrónica envasada, pues eso le daría un toque de exclusividad a mi lanzamiento, el cual estaría repleto de connotados artistas regionales (Circo Minero, ATEL, y otros colectivos “alternativos”), y le pediría a algún travesti de la Avenida de Aguirre que realizara una “performance” algo provocativa para que la gente se entusiasme.
También invitaría a mi Hermana Mayor “Sarita”, pues siempre es bueno que haya una “opinóloga” que encuentre todo malo y se ría de mis invitados en su cara como lo suele hacer (a su padre si que no lo invitaría, pues ahí si que queda la cagá). El maestro de ceremonia sería Alberto "Beto" Barraza, bastión de la locución regional, para que el lanzamiento tuviese ese toquecito de formalidad que tanto nos hace falta a los jóvenes chilenos – provincianos; también me gustaría que alguien declamara un poema (que sea bien oscuro y con metáforas bien rebuscadas), para que a la gente le de lata, y junto con terminar de comerse el canapé con el pisco barato, espere ansiosamente mi salida y mi pequeño discurso, que con algún matiz irreverente, logre cautivar hasta a las almas más duras… Al final tocaría una banda en vivo; y ahí si sería relativo, pues la mayoría de mis amigos es picao a músico y se puede hacer algo entretenido.. ahhh y como el local lo arriendan por día y no por horas, haría una “vaca” con los que quedan para aprovechar el recinto hasta la hora de su entrega.
Eso haría si lanzara un libro….
A propósito de un libro biográfico, escrito por el periodista Emiliano Aguayo sobre la vida del otrora rockero chileno Jorge González, titulado “Maldito Sudaca” (anteriormente se escribieron otros dos: “Exijo ser un Héroe” y “Corazones Rojos”); la verdad es que me encantaría que alguien escribiera un libro sobre mi vida. En primer lugar material no le faltaría, pues sin dármelas de un tipo muy vivío y recorrío, se que el libro en un 50% tendría historias mías originales; un 25% de las restantes serían inventadas por mi fabulosa mentalidad de “cuentista” que a veces aflora (sobre todo ante los aprietos de cualquier índole); mientras que un 20% de las que quedan, las tomaría “prestadas” del completo historial de anecdotillas que algunos de mis ilustres amigos hasta la fecha siguen acumulando, historias dignas de un cuento de Fuguet (Combito: ¡¡no te mueras nunca!!). Mientras que el 5% restante, lo dejaría al libre discernimiento del distinguido o distinguida lector o lectora; pues siempre es bueno dejar algo para la imaginación y pasarse algún rollo con lo que se lee. Por lo demás, sin el ánimo discriminar al adulto mayor ni a los destacagados, perdón, quise decir destacados intelectualoides de mi región, el libro tendría un corte juvenil. Sería de esos libros que leerían adolescentes, gente que tenga menos de treinta y/o treitones que renuncien a su generación (renunciando a su vez a madurar), como seguramente lo seré yo en un año y dos mese más.
Con lo divertidas que serán las anécdotas, no sería tan difícil poder captar al público adolescente, si señores, ese mismo segmento juvenil que con cuéa lee los titulares a la rápida en los kioscos verdes de lata. Estoy seguro que las colegialas reemplazarían revistas como “TV y Tonteras” por mi libro, pues decidido está que más de 80 páginas no tendría. Ahh… además contaría con fotografías inéditas de mis excesivos carretes con amigos (bueno, muchos de ellos hoy son profesionales y están casados, pero eso no es culpa mía jeje), porque es una lata ojear un libro y ver puras letras y ningún “monito”. La carátula se la encargaría al KCLY, bueno, porque aparte de ser uno de los pocos amigos creativos que tengo, es uno de los pocos huevones que se apasiona haciendo favores (espero que esta humilde opinión no altere su buena fé). Como me considero una persona con buena redacción, no necesitaría un redactor; aunque sí aceptaría los consejos de mi buen amigo y periodista “El Chespa”, pues si bien es cierto trabaja en un medio serio, se que de repente se apesta y esto lo relajaría un poco, dejando a la luz su innata capacidad de ser bueno pa’l wuebeo.
El lanzamiento de mi aclamado libro lo hubiese hecho en el “Club Croata”, pero como se quemó y con suerte se salvó la centenaria palmera del patio central, lo haría en la “Sociedad de Artesanos”, pues a parte de estar en el centro, ser barato y espacioso,tiene dos ambientes: En la entrada haría una recepción con algo para picar (canapés hechos con pan de molde y pasta de huevo) y obviamente algo para beber (un pisco sour bien barato con algo de agua pa’ que cunda); además pondría música electrónica envasada, pues eso le daría un toque de exclusividad a mi lanzamiento, el cual estaría repleto de connotados artistas regionales (Circo Minero, ATEL, y otros colectivos “alternativos”), y le pediría a algún travesti de la Avenida de Aguirre que realizara una “performance” algo provocativa para que la gente se entusiasme.
También invitaría a mi Hermana Mayor “Sarita”, pues siempre es bueno que haya una “opinóloga” que encuentre todo malo y se ría de mis invitados en su cara como lo suele hacer (a su padre si que no lo invitaría, pues ahí si que queda la cagá). El maestro de ceremonia sería Alberto "Beto" Barraza, bastión de la locución regional, para que el lanzamiento tuviese ese toquecito de formalidad que tanto nos hace falta a los jóvenes chilenos – provincianos; también me gustaría que alguien declamara un poema (que sea bien oscuro y con metáforas bien rebuscadas), para que a la gente le de lata, y junto con terminar de comerse el canapé con el pisco barato, espere ansiosamente mi salida y mi pequeño discurso, que con algún matiz irreverente, logre cautivar hasta a las almas más duras… Al final tocaría una banda en vivo; y ahí si sería relativo, pues la mayoría de mis amigos es picao a músico y se puede hacer algo entretenido.. ahhh y como el local lo arriendan por día y no por horas, haría una “vaca” con los que quedan para aprovechar el recinto hasta la hora de su entrega.
Eso haría si lanzara un libro….